Murió el día 9 de agosto, a las 5h de la mañana, en la aldea de Bonate Sotto, Giuseppina Cazzaniga, ilustre dama de los títeres de Bérgamo, viuda del también eminente titiritero Benedetto Ravasio, considerados ambos como una de las compañías del norte de Italia que más hicieron para conservar y dar nueva vida a la tradición bergamasca en su transición entre la época antigua y la actual, tradición que tiene como personajes principales a Gioppino, Arlequino y Brighella.
Giuseppina Cazzaniga con Gioppino.
Nacida en el año 1917, se casa con Benedetto Ravasio (1915-1990) en el año 1938. Una vez acabada la guerra, y ya con cuatro hijos, decide Giuseppina o Pina, como era familiarmente conocida, abrazar de por vida la carrera de titiritera. Años duros los de la posguerra, con un entorno muy empobrecido y unos medios escasos en todo. Recorren el país en motocicleta y ella debe regresar, a veces en bicicleta, a su aldea para dar de comer a los niños, que con los años crecen en número, hasta llegar a nueve!
Pina Ravasio con Margi, la madre de Gioppino.
Tuve el gusto de conocer a la señora Pina en mi viaje a Bérgamo en octubre de 2014, invitado por Bruno Ghislandi (ver relato aquí). Quedé impresionado de la energía y la vitalidad de Pina Ravasio, entonces ya de 97 años de edad, que con tremenda ilusión me fue enseñando a sus queridas criaturas, los títeres, unos segundos hijos para ella. Fue un despliegue de títeres de talla de madera y de un peso más que considerable, que la señora Pina levantaba de vez en cuando con el brazo en alto como si fueran de corcho.
Pina Ravasio, con Arlequino.
Pero lo más impresionante fue escucharla recitar largos fragmentos de algunas de las obras más importantes, como el Fornaretto de Venecia, o el famoso Pací Paciana, obras de alta densidad dramática, cuyas distintas voces se iban alternando con una dicción clara, fuerte y de altos vuelos teatrales. La intensidad y el fuego que vi en aquella señora de 97 años me hizo pensar en la fuerza de las tradiciones titiriteras de Bérgamo.
Pina Ravasio con sus títeres.
En el año 1993, Pina, con la ayuda de sus hijos, crea la Fundación Benedetto Ravasio, de la que era presidenta. En el año 2011, es invitada por el Presidente de la República Giorgio Napolitano a una recepción en el Quirinale en ocasión del Día de la Mujer, y en 2011 recibe el Premio Internacional Mariona Masgrau que otorga el Centro de Documentación de Títeres de Bilbao.
Pina con su marido, Benedetto Ravasio.
Con Giuseppina Cazzaniga muere toda una época irrepetible, la de las antiguas tradiciones de los títeres en el norte de Italia, cuando los viejos personajes todavía gozaban de un público anónimo y popular, libre de contaminaciones como la televisión y el frenético consumo.
Foto histórica de Pina y Benedetto Ravasio, montando el teatro.
Desde Titeresante mandamos nuestro más sentido pésame a la familia.